Llega uno de mis momentos favoritos del mundo y se llama: RED CARPET DE LOS PREMIOS OSCAR. Allí donde el lujo, el glamour, la moda y las nuevas tendencias se juntan en un solo lugar para la entrega de los premios más importantes en la industria del cine.

A lo largo de la historia de los premios siempre hubieron muchas sorpresas. Mis preferidos e inolvidables en la alfombra roja fueron: Nicole Kidman en el 2013 con un vestido colorado con un bow en un hombro creado por Balenciaga; Amy Adams que me dejó sin palabras en un Oscar de la Renta impecable de pies a cabeza; la hermosa Jennifer Lawrence que estuvo despampanantes con un vestido blanco de Christian Dior -que le trajo suerte ya que ése año le tocó subirse al escenario a recibir su estatuilla-.
Pero mi favorito de todos los tiempos es el vestido que lució Cate Blanchett en la entrega de premios del 2011, un Givenchy soñado que se convirtió instantáneamente en objeto de deseo de todas las mujeres.

Una gran sorpresa para mí fue Sandra Bullock en el 2014 cuando impactó con un navy blue de Alexander Mc Queen, se merece una mención especial.

Obviamente como hay aciertos en la moda también hay errores, que jamás vamos a olvidar.
Tal es el caso de Halle Berry y su –¿extraño?– Elie Saab que combinaba un body transparente bordado en la parte delantera, un horror.
Pero el premio a la peor vestida se lo lleva la cantante irlandesa Bjork, que en el 2000 aprovechó la ocasión para demostrar que no era el patito feo que todos creíamos. Y vaya si lo hizo. Ése vestido que jamás olvidaremos es de Marjan Pejowslo.

Los colores blanco perla, nude y los tenues pasteles, como el rosa palo, fueron los que abundaron en la gala de los premios Oscar 2014. Con ansiedad espero que este 2015 sea un año en donde las figuras de Hollywood nos demuestren como brillan.

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Besos, always
Nat